Al principio, me preocupaba que mi propia imagen no se reflejara en el espejo del baño. Luego me tranquilicé cuando una mañana descubrí, que, a pesar de esa ausencia, el otro lado me devolvía el eco de mi voz.
Al principio, me preocupaba que mi propia imagen no se reflejara en el espejo del baño. Luego me tranquilicé cuando una mañana descubrí, que, a pesar de esa ausencia, el otro lado me devolvía el eco de mi voz.